Llegamos con un hambre voraz, después de una jornada larga sin parar a comer nada a media mañana. Al ser sábado no había gente al llegar ya que es un polígono industrial. Pero nos recibió agradablemente Sandra, la mujer de la barra. Tomamos unas cervecitas antes de entrar a comer con unas tapas a elegir de buena calidad, destacar el revuelto de morcilla. Como eramos tres decidimos pedir tres primeros al centro y compartir. Pedimos una ensalada con lechugas variadas de esas de bolsa y mezclada con gambas cocidas, melón y jamón, aliñada con vinagre de modena, estaba buena y fresca, otro de los primeros era un revuelto de verduras, generoso y variado, muy bueno y por último entremeses ibéricos variados, bastante buenos pero el jamón no era ibérico pero si de la peninsula y comestible y el salchichón cular aunque rico también.
En el segundo plato hubo unanimidad al pedir, costillas asadas. Las costillas eran de cerdo y estaban bien asadas, me recordaban a las de mi madre, llevaban una salsa barbacoa casera o por lo menos eso me parecio, muy buena la salsa pero yo la hubiera puesto a parte. En general muy ricas.
Quedaba poco espacio para el postre pero uno de mis compañeros pidió piña con cointreau y le encantó, tanto que la foto la hice tarde.
También pedimos cafés, cortados, pero la verdad que fué lo peor de la comida.
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